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Cerro Klatt-marzo 2024

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Cerro Klatt-marzo 2024

La cordada en la cumbre.

El día de viernes santo, 29 de marzo, la Katy nos fue a buscar una por una a nuestros hogares (no todxs hacen eso, una grande) para partir todas juntitas para nuestra misión: llegar a La Parva e intentar llegar al cordón del Cepo ese día. Decidimos ir lo más livianas posibles, con lo justo y sin carpa para vivaquear a la luz de la luna. Subimos el tramo de La Parva en andarivel y comenzamos la bella caminata desde la Laguna Piuquenes, pasando por las lomas y vegas activas que llegan a Tres Puntas y luego al comienzo de la bajada por el Estero Las Llaretas.

Laguna Piuquenes.
Bifurcación a hacia Estero Las Llaretas.
Caminando por las vegas del sector del estero Las Llaretas.

Nos encontramos con gente en el camino, algunos bastante inquisitivos preguntando porque llevábamos tal o cual equipo u otros que nos comenzaron a seguir pensando que íbamos a Piedra Numerada (¡¡¡recuerden que seguir a la gente no garantiza que vayan donde mismo vamos, siempre estudien la ruta!!!). La bajada por el estero fue tranquilla, pasando por el famoso “bosque fosilizado”, un conjunto de rocas grandes con muchas capas que aparentan ser troncos de árbol, pero que no lo son, sino que tiene una explicación geológica (que no recuerdo).  

«Bosque Fosilizado».

Llegamos a medio día al Estero Molina o Estero Cepo, un curso de agua que nace en el Cerro El Plomo y descansamos unos minutos antes de cruzarlo y enfrentarnos al largo acarreo que nos esperaba para poder llegar al filo que sale del Cerro Cepo hacia el este y poder cruzarlo y bajar hacia la Laguna Esmeralda. Decimos evitar lo más posible el acarreo e ir remontando la quebrada misma que estaba activa y el tener agua disponible nos reconfortó todo el camino hacia arriba.

Acarreo hacia laguna Esmeralda.

Luego de una cansadora subida logramos llegar al plateu antes de subir el último acarreo para alcanzar el filo y bajar hacia la laguna en donde había un Piuquén solitario disfrutando del silencio y el atardecer. Luego de avanzar una media hora más, llegamos a la vega que se encuentra en la base del comienzo de la ruta hacia el Cerro Klatt a eso de las 6pm. El cansancio nos hizo comer rápido y meternos a los sacos para quedar zeta antes siquiera que comenzara a oscurecer.  

Laguna Esmeralda.

Al día siguiente, sábado santo, partimos con los primeros estertores de luz hacia el primer acarreo que debíamos subir para llegar a otra quebrada seca y subir un segundo acarreo hasta llegar al ancho filo que llega directo a la cumbre norte del cerro.  Luego de 3 horas más o menos llegamos a la cumbre central con una vista espectacular hacia el Plomo, el filo del Pintor, el Rio Olivares y la cordillera Ferrosa, entre otras vistas como el imponente Tupungato que se veía un poco más a lo lejos.

Acarreo hacia la cumbre.
¡Foto cumbrera!
Vista cumbrera, al centro volcán Tupungato y volcán Tupungatito.
Vista hacia río Olivares.

La meteorología nos acompañó con una mañana muy agradable, muy poco viento y un cielo azul despejado. Nos quedamos una media hora hasta que ya era hora de bajar para deshacer todo el camino de aproximación realizado en la ida. Como no alcanzábamos a llegar antes del anochecer a La Parva, vivaqueamos una noche más en Las Llaretas en compañía de otra cordada del DAV que también estaba pernoctando en el sector (una quebrada hermosa, llena de vida, donde no va nadie porque todxs la pasan de largo para seguir a Piedra Numerada).  

Vivac.

El día domingo partimos a las 8 para llegar al andarivel, bajar al auto y buscar de manera desesperada un lugar donde tener nuestro merecido brunch de domingo de resurrección. Esa comida nos resucito, claramente.  

Cordada: Carmen Nabalón, Yasna Hidalgo, Daniela Valenzuela, y Melissa Chaperon 

Carmen Nabalón
Carmen Nabalón

Miembro Ramuch